Santiago de Compostela
Entre las conclusiones aprobadas cabe destacar la creación de una Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA). Finalizado el Congreso tuvieron lugar varias reuniones que condujeron a la aprobación de los Estatutos de CEOMA.Su Acta de Constitución se firmó en el Congreso de los Diputados el pasado 1 de diciembre de 1999 por 13 entidades , 8 de ámbito nacional y 5 autonómico. El 31 de diciembre del citado año la citada Acta, junto a los Estatutos y demás documentación fue presentada en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior.
En una democracia, resulta esencial la participación de todos los ciudadanos, y de sus asociaciones representativas, para alcanzar la “Sociedad del Bienestar” que perseguimos. En el caso de los mayores, la solución de sus problemas y necesidades no puede hacerse a espaldas suyas y de sus organizaciones propias. De igual manera a como se ha hecho con las mujeres y con los grupos sociales minoritarios, reclamamos la participación legal de los mayores en todas las instituciones político-administrativas locales, autonómicas y estatales con competencias en las materias que les afectan.
Instamos el desarrollo pleno del plan gerontológico nacional, y de las demás leyes estatales o autonómicas de atención y protección a las personas mayores. Tal desarrollo ha de realizarse con la colaboración de los mayores; y es particularmente urgente en los temas de asistencia sanitaria: unidades de atención geriátrica, residencias, ayudas a domicilio y atención primaria.
La jubilación laboral no es la muerte civil: buen número de mayores está sobradamente capacitado para desempeñar funciones trascendentes en la vida social, desde el Parlamento de la Nación a la gestión del último centro rural. Los poderes públicos deben apoyar e incentivar esa participación, llamando a colaborar en ella a todos los sectores económicos, laborales y culturales.
Es igualmente esencial preparar a los que están próximos a la jubilación, de manera que ésta no se convierta en un trauma irreversible, sino en una nueva forma de inserción constructiva en la sociedad. Entre otras medidas, deben elaborarse fórmulas de capacitación profesional para los jubilados, posibilitar su trabajo a tiempo parcial, compatibilizar las prestaciones laborales con la pensión de jubilación y otras similares. El bochornoso espectáculo de las jubilaciones anticipadas, que sólo benefician a los intereses del capital, y que arroja a la inoperancia a personas en plenitud de facultades a un precio elevadísimo que costea toda la sociedad -incluidos los mayores-, debe desaparecer.
Las personas mayores no son individuos aislados: viven en un entorno familiar y social en el que deben sentirse atendidos y estimados. Todas las fuerzas sociales deben concurrir a conseguirlo, en especial a través del voluntariado, la asistencia a domicilio, la conservación digna del hogar, el empleo constructivo del ocio, y la labor informativa y divulgadora de todos los medios de comunicación social.
Los mayores necesitan de una protección especial frente a los excesos y peligros de una sociedad hedonista, consumista y sin valores morales. Deben establecerse medidas específicas que los amparen frente a la violencia ciudadana, los abusos de la publicidad, el engaño de determinadas prácticas comerciales y las informaciones tendenciosas.
Debemos ser conscientes de que basta un cambio del 2%, en los ocho millones de votos de los mayores, para decidir el partido gobernante.
Consideramos necesario que el mayor participe en los entes de Gobierno locales, autonómicos y estatales, para lo que deberá ser incluido en los puestos adecuados, dentro de las listas electorales de su partido.
Urgimos la puesta en marcha de la “Confederación Española de Organizaciones de Mayores”, aprobada en el III Congreso.
Propugnamos la creación de un grupo de presión, vinculado a la Confederación Española de Organizaciones de Mayores, para conseguir representación efectiva ante los poderes públicos y las organizaciones sociales.
Prolongar la situación de “no dependencia” de los mayores mediante la asistencia domiciliaria. Así se conseguiría un trato más personal sin perder las tradiciones y, en definitiva, la identidad.
Agilizar los trámites burocráticos. (Asociación de Viudas)
Incrementar el número de residencias.
Colaborar, por parte de los sectores públicos y privados, en la asistencia socio-sanitaria: por ejemplo, en la Teleasistencia gratuita, que ya existe en Cataluña.
Crear centros para las asociaciones de Amas de Casa, por su muy importante colaboración en el campo de la asistencia socio-sanitaria.
Definir el término “jubilación” como el comienzo del periodo de la vida donde se pueden realizar actividades que en el periodo laboral no han sido posibles (entre otras, el voluntariado social). Así se evitaría la “depresión”, que en muchas personas conlleva la palabra “jubilación”.
Incorporar especialistas en geriatría, a los servicios de la Seguridad Social.
La creación inmediata de una Comisión Permanente que elabore unos Estatutos Marco, en orden a la constitución de una poderosa y necesaria “Confederación Española de Organizaciones de Mayores”, con presencia en los medios de comunicación, y con la suficiente fuerza para hacerse oír en todos los foros.
Fomentar que las personas mayores, que tienen tanto que dar, impartan sus conocimientos en centros de mayores para la mejora del nivel cultural de los mismos.
Urgir la creación, en todos los Ayuntamientos, de una “Concejalía de Mayores”, así como un “Consejo Municipal de Mayores” en el que estén representados todos los colectivos y asociaciones del sector. El primer paso debería consistir en que cada Asociación, en su lugar de residencia, exija al Alcalde la creación de tal Concejalía de Mayores.
Necesidad de que las Asociaciones Españolas de Mayores fomenten la adquisición de una cultura social que incorpore lo establecido en la legislación europea sobre mayores.
Conseguir la homologación, la armonización y la convergencia de la legislación social española con la europea.
Solicitar a las Autoridades españolas que, análogamente a lo que sucede en Europa, otorguen una mayor participación de los mayores en la adopción de las decisiones que les afecten.
Llevar a los partidos políticos la conveniencia de que, en sus listas electorales, figuren representantes del Colectivo de Mayores, como ocurre en muchos países europeos.
Conveniencia de integrar a los mayores en una Institución Independiente, para tener una mayor presencia en el Consejo de Mayores de Europa y en otras instituciones análogas.
En España, el jubilado no debería quedar totalmente desintegrado de su anterior actividad profesional o laboral, de manera que pudiera aprovecharse el gran valor potencial de su experiencia, como sucede en la mayoría de los países de la Unión Europea.
Facilitar y promocionar el intercambio cultural y turístico de los Mayores en Europa, para favorecer el conocimiento, la amistad y la paz.
El Asociacionismo y el Voluntariado son una forma de participar en la dinámica social. La participación es un medio, el más eficaz para conseguir una sociedad más justa, equilibrada y solidaria.
Resulta imprescindible, en aras de los objetivos propuestos en el IV Congreso Nacional de Organizaciones de Mayores, que los Partidos Políticos en sus listas de candidatos a las elecciones municipales, autonómicas y estatales a representantes de los mayores para estar presentes en la toma de decisiones que les afectan.
La jubilación flexible y la jubilación más allá de los 65 años, de acuerdo con las empresas y con las administraciones locales, autonómicas y estatales, mejora la sociedad y contribuye a una óptima participación.
Es imprescindible la unión de los mayores en plataformas de más amplia representación. Pedimos al IV Congreso que ponga en marcha el acuerdo del III Congreso sobre esta materia.
Que el contenido y significado de unas buenas relaciones intergeneracionales en nuestra sociedad actual y de cara al futuro ha de ser asumido como auténtica necesidad sentida, sin reserva de ningún tipo.
Que la génesis de las relaciones intergeneracionales se inicia en la infancia, en el seno de la familia y de la escuela. Este diálogo entre las generaciones debe permanecer a lo largo de toda la vida, siendo la cultura y la educación sus bases principales.
Como consecuencia de lo anterior, es determinante el lugar de nacimiento, la composición o tipo de familia, la actitud de los padres y la orientación de la formación inicial. No pueden ser iguales las relaciones intergeneracionales en los colectivos residentes en el centro de la gran ciudad, extrarradio, suburbio, aldea rural -agraria o marinera-, ya que no son iguales, en cuanto a calidad, frecuencia e intensidad, los equipamientos y servicios sociales con los que cuenta cada uno de ellos.
Que los distintos grupos sociales, al nivel que sea, han de ser y estar interrelacionados y no serían eficaces políticas de desarrollo económico y social muy favorables para un sector demográfico en detrimento de otros.
Que las modernas innovaciones tecnológicas de las que pueden disponer hoy la sociedad en general se valoren más en la medida en que estén acompañadas del humanismo necesario para la interacción de grupos de distintas edades.
Que el conocimiento, conservación, respeto y observación del medio ambiente natural y de los principios ecológicos han de servir para la protección de una serie de valores que faciliten las positivas relaciones intergeneracionales.
Que, también, la creación y acondicionamiento de los medios ambientes artificiales, pueden afectar a las relaciones entre las generaciones: vías públicas, medios de comunicación, espectáculos, seguridad, mercado, transportes, ruidos, olores, publicidad, etc.
Salvo casos estrictamente necesarios, es preciso que las personas mayores pertenezcan y participen activamente en el seno de su propia familia y dentro de las entidades de su entorno y que en las mismas contribuyan a crear unas adecuadas relaciones intergeneracionales.
Que sería deseable que en el artículo 14 de nuestra Constitución apareciera la edad, al igual que se cita la raza, el sexo, la religión o la opinión, como posible causa de discriminación, con el fin de que no haya que recurrir a “cualquier otra condición o circunstancia personal o social” que indica dicho artículo, cuando se produzca por esta causa. Por otra parte, esa discriminación tanto puede afectar a la ancianidad como a la juventud.
Los mayores no deben renunciar al uso de las nuevas tecnologías, que deben fomentarse en lo que tiene de beneficio y desarrollo de la personalidad. Al concepto consumista de “calidad de vida” debe superponerse el constituido por el incremento en valores del espíritu y de la cultura. Tanto el uso de las nuevas tecnologías, como la mejora de la calidad de vida, deben obtenerse sobre unas mínimas condiciones vitales, con especial referencia al sistema de jubilaciones y pensiones.