“En su esencia y en el consenso conseguido nuestra Constitución es perfecta”
Afirmó que la ruptura por parte de Cataluña no tiene base
Romay Beccaría comentó que cuando un puesto queda vacante no hay lugar para que se ocupe por preferencias partidistas
Madrid, 25 de octubre de 2017.- El presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, fue el invitado de la Fundación Independiente en la Tribuna que tuvo lugar el martes 24 de octubre en el Club Financiero Génova. En su intervención, Romay Beccaría
En su presentación, el presidente de la Fundación Independiente, Aldo Olcese, destacó su larga trayectoria y alabó la personalidad y profesionalidad del presidente del Consejo de Estado.
La fundación del Consejo de Estado se atribuye, con ese nombre, al emperador Carlos V, en el año 1526. Se creó para que hubiera alguien que se ocupase, con visión de conjunto, de los asuntos que afectaban a todo el Reino y especialmente a la política exterior, sin las limitaciones territoriales o específicas que tenían los antiguos Consejos de Castilla, de Aragón, de Indias, de Hacienda, etc. A partir de las Cortes de Cádiz se le confirió en 1812 rango constitucional.
Su tratamiento es impersonal y sus informes tienen carácter final, de forma que los asuntos que hubiere dictaminado el Consejo de Estado no pueden remitirse a informe de ningún otro organismo.
José Manuel Romay Beccaría indicó que el Consejo de Estado es un órgano consultivo pero sus dictámenes son tomados en cuenta por el gobierno de España y añadió que «en general, se suelen aceptar de buen grado las sugerencias que se dan». Además el Consejo puede hacer sugerencias motu proprio en temas administrativos, según comentó.
En cuanto a la situación política actual y el desafío independentista de Cataluña sostuvo que «la ruptura por parte de Cataluña no tiene base sociológica, política, cultural ni económica». Según él, el gobierno de España ha actuado en el momento que le ha parecido oportuno y ha consultado al Consejo sobre los recursos de inconstitucionalidad. Afirmó rotundamente que «en su esencia y en el consenso conseguido nuestra Constitución es perfecta».
Finalmente informó que el sistema de trabajo del Consejo se mantiene con una gran colegialidad. «Los cargos son vitalicios y cuando alguien fallece no hay espacio para que ese puesto se ocupe por preferencias partidistas. Además, hay una gran competencia para entrar en el Consejo de Estado por parte de profesionales jóvenes y brillantes».